Cómo diseñar un salón acogedor y lleno de estilo
El salón es uno de los corazones de nuestro hogar: el lugar donde descansamos, recibimos visitas y disfrutamos de nuestro día a día. Por eso, diseñar un salón acogedor es una de las prioridades más comunes en cualquier proyecto de interiorismo.
En esta guía encontrarás las claves profesionales que utilizamos en nuestro estudio para crear espacios que combinan calidez, funcionalidad y estética, sin renunciar a la personalidad del hogar.
Define la distribución ideal antes de empezar
Una buena distribución es la base de un salón equilibrado.
Crea zonas funcionales: área de descanso, lectura, televisión o comedor.
Facilita la circulación: deja pasillos libres de 80–90 cm.
Evita muebles sobredimensionados que saturen la estancia.
Aprovecha la luz natural situando el sofá o las zonas de uso principal cerca de ventanas.
Elige una paleta de colores cálida y equilibrada
El color es uno de los elementos que más influyen en la percepción del espacio. Por ello, para su elección te recomendamos:
Tonos neutros cálidos (beige, arena, blanco roto).
Colores tierra (camel, terracota suave).
Acentos profundos para dar sofisticación: verde oliva, azul petróleo, gris carbón.
Los tonos suaves en paredes amplían la estancia y permiten resaltar muebles o piezas de diseño sin perder calidez.
Materiales y texturas que aportan calidez inmediata
Un salón acogedor se construye a través del tacto y la vista. Combina:
Madera natural (robles claros, nogal medio).
Textiles mullidos como lana, terciopelo o bouclé.
Alfombras de fibra natural para zonificar.
Elementos cerámicos o piedra natural para añadir elegancia.
La clave está en mezclar texturas sin sobrecargar: una manta de lana, un sofá de tejido cálido y una alfombra suave pueden transformar completamente el ambiente.
Iluminación: el secreto mejor guardado de un salón elegante
La iluminación es decisiva en cualquier proyecto de arquitectura interior. Para acertar:
Combina tres tipos de luz: general, ambiental y puntual.
Opta por temperaturas cálidas (2700–3000K).
Añade lámparas auxiliares (suelo o sobremesa) para crear rincones íntimos.
Instala reguladores de intensidad para adaptar el ambiente a cada momento.
Evita únicamente la luz de techo como fuente principal: endurece el ambiente y resta intimidad.
Mobiliario funcional y estilizado
Un salón elegante no es aquel que está lleno de muebles, sino el que tiene los adecuados:
Sofás de líneas suaves y proporciones equilibradas.
Mesas auxiliares ligeras que no saturen visualmente.
Estanterías o vitrinas en tonos neutros o madera natural.
Mesas de centro con diseño sencillo y materiales duraderos.
Regla de oro: deja que cada pieza respire. El exceso visual resta elegancia.
Decoración: menos es más, pero bien elegido
La decoración marca el carácter del salón, pero debe estar bien medida:
Incluye piezas con valor personal (arte, libros, cerámica).
Evita acumular objetos pequeños sin coherencia.
Apuesta por piezas grandes bien colocadas: un jarrón protagonista, un cuadro, una escultura.
Busca coherencia cromática y evita que cada objeto “compita” por llamar la atención.
Detalles arquitectónicos que elevan el diseño
Como estudio de arquitectura, sabemos que ciertos elementos marcan la diferencia:
Molduras en paredes o techos.
Falsos techos con iluminación indirecta.
Panelados de madera.
Chimeneas decorativas o eléctricas.
Arcos o transiciones suaves entre estancias.
Estos detalles añaden un toque de sofisticación y permiten personalizar el proyecto de forma única.
Diseñar un salón acogedor y elegante requiere una mirada profesional que combine funcionalidad, orden visual, materiales adecuados y una iluminación bien planificada. Con estas claves podrás transformar tu salón en un espacio donde sentirte cómodo a diario y orgulloso al recibir visitas.
Ejemplo de salón que diseñamos y creamos para uno de nuestros proyectos