Cómo dividir espacios sin perder luz natural

Los espacios abiertos son tendencia por su amplitud y sensación de libertad. Sin embargo, en muchas viviendas llega un momento en que surge la necesidad de crear ambientes diferenciados sin renunciar a la luz natural, tan valiosa especialmente en climas luminosos como el de Tenerife.

Lograrlo no solo depende del mobiliario o la decoración, requiere soluciones arquitectónicas inteligentes que mantengan la continuidad visual y permitan que la luz fluya de manera natural entre los distintos ambientes.

Cristales y cerramientos transparentes

Los cerramientos de vidrio son la solución más eficaz para dividir sin perder luminosidad. Puertas correderas acristaladas, tabiques de vidrio templado o estructuras tipo “mampara industrial” permiten mantener la sensación de amplitud y la entrada de luz natural, creando al mismo tiempo una separación funcional.

En este caso, el vidrio al ácido o serigrafiado es ideal si buscas privacidad parcial sin renunciar a la claridad.

Celosías y paneles permeables

Las celosías de madera o metal, los paneles de listones verticales o incluso los biombos fijos son excelentes aliados para marcar zonas sin crear barreras visuales.

Además de permitir el paso de la luz, aportan textura, diseño y una sensación cálida y artesanal que encaja a la perfección.

Jugar con niveles, pavimentos o falsos techos

Otra forma sutil de dividir espacios sin levantar muros es diferenciar alturas o materiales. Un cambio de pavimento, por ejemplo, madera en el salón y microcemento en la cocina o un falso techo con iluminación indirecta, puede delimitar visualmente cada zona sin comprometer la luminosidad general.

Muebles multifuncionales y estanterías abiertas

Las estanterías abiertas, muebles modulares o islas de cocina también funcionan como divisores ligeros. Permiten organizar el espacio y mantener la conexión visual entre ambientes. En proyectos de interiorismo, esta opción es especialmente práctica en apartamentos, donde conservar la sensación de amplitud es esencial.

Colores, texturas y orientación

El uso de colores claros, materiales reflectantes y una buena orientación refuerza la sensación de luz natural. Tener en cuenta la orientación solar en el diseño inicial del proyecto permite maximizar la entrada de luz durante todo el año y minimizar el consumo energético.

Dividir espacios sin perder luz natural es posible gracias a un enfoque arquitectónico que combine funcionalidad, estética y confort lumínico.
El objetivo no es solo crear ambientes separados, sino mantener la armonía visual y la continuidad de la luz.

Siguiente
Siguiente

Cómo aplicar los moodboards: una herramienta clave en arquitectura e interiorismo